SOBRE NUESTRA INSTITUCIÓN
Somos una red de comunidades y escuelas lasallistas comprometida con las diversas realizaciones del Reino de Dios transformando la sociedad por medio de una educación inspirada en la tradición lasallista que parte de la visión cristiana de las realidades, busca el desarrollo integral de la persona, construye fraternidad, promueve el diálogo fe, vida y cultura, tiene celo ardiente por educar y opta preferencialmente por los pobres.
La red de comunidades y escuelas lasallistas tiene por misión formar integralmente, generar conocimiento educativo pertinente, aprender en comunidad, anunciar el evangelio y contribuir a la consolidación de una sociedad pacífica, justa, inclusiva, democrática que promueve el desarrollo humano integral y sustentable.
En el año 2024 seremos reconocidos por:
• Ser comunidades que reflexionan, recrean y oran los procesos de las instituciones educativas que animan.
• Ser una red de comunidades y obras educativas comprometidas con la consolidación de una sociedad pacífica, justa, inclusiva, democrática que promueve el desarrollo humano integral y sustentable.
• La opción preferencial por los pobres en especial la niñez y la juventud.
• Los procesos de anuncio del evangelio en los contextos educativos.
• Ser referentes de formación integral de excelencia.
• La generación de conocimiento pertinente que transforma los procesos educativos y sociales.
La Fe: Como respuesta generosa, comprometida y creativa a Dios permite al lasallista redescubrir su camino de fe personal y comunitario para iluminarlo, de manera cada vez más clara, con la alegría y la esperanza renovada del encuentro con Cristo, que lo ubica en la filiación y fraternidad divina. Consecuencia de este encuentro surge la lectura de fe y el compromiso por las causas sociales, culturales, religiosas y políticas de nuestra misión.
Fraternidad: El reconocimiento de la dignidad de la persona nos conduce como lasallistas, desde la solidaridad, a reducir “las distancias” interpersonales y nos permite escuchar, ver, acoger, sanar y cuidar. Acciones que nos constituyen prójimos, cercanos, hermanos y hermanas. El hacernos prójimos nos hace comunidad, que permite comprendernos como un nosotros en distintos niveles, crear sinergia, configurar un proyecto común y convertirnos diariamente tanto personal como institucionalmente.
Celo/Apasionamiento: El “Celo ardiente de instruir a los niños”, del tiempo del Fundador, nos mueve al apasionamiento por la educación especialmente de los excluidos de la sociedad, a la audacia en las propuestas educativas, a procurar la salvación de quienes nos son encomendados de todas las formas que denigran la dignidad humana y a la entrega generosa de nuestros talentos al servicio de la construcción de una sociedad del postconflicto.
Justicia: El Lasallista reconoce que la justicia conduce a la paz y proviene, en primer lugar, de Dios que llama a la vida verdadera en una convivencia humana rectamente constituida, provechosa y adecuada a la dignidad del ser humano. Por lo cual, asume el reconocimiento crítico del conflicto en las relaciones que posibilita la resolución dialógica de intereses y necesidades, el reconocimiento de las diferencias, el respeto y la garantía de los derechos y la construcción de la
comunidad educativa a partir de la participación activa en su devenir histórico de todos y cada uno de sus miembros.
Servicio: La manifestación de una comunidad unida es el servicio de la solidaridad transformada en acciones de colaboración y ayuda mutua, que promueve el mejoramiento efectivo de las condiciones de poblaciones en desplazamiento, vulnerabilidad o desigualdad. Nos permite vivenciar la espiritualidad del Buen Samaritano y entregar nuestros dones y hasta nuestra propia vida a los demás.
Compromiso: Expresión constante de reflexión- acción de cuidado, atención de las necesidades, empoderamiento para generar acciones transformadoras, conducentes a la responsabilidad de dar cuenta de los procesos encomendados o asumidos, de tal modo que vivamos unos principios éticos que rijan nuestra vivencia personal y comunitaria.
SÍMBOLOS INSTITUCIONALES
Nuestro Escudo
Está conformado por un centro dividido en diagonal, blanco en la parte superior y verde en la parte inferior; en el centro del color verde lleva la estrella lasallista en color blanco. Tiene un borde azul rey con la inscripción Instituto San Bernardo en amarillo. El escudo va coronado con una cruz color amarillo. Todo el escudo está delineado de color rojo. La base del escudo es la firma autógrafa De La Salle.
Nuestra Bandera
Fondo verde atravesado por una cruz blanca tirada hacia la izquierda. El verde como símbolo de la esperanza que significan los bernardinos para la iglesia y la sociedad. El blanco como símbolo de la paz y la felicidad que se construye al interior del colegio.
Nuestro Himno
Coro
Cual estalla en fulgores la aurora,
Bernardinos, debemos brillar,
Irisando en un halo de gloria
Nuestro lema: Dios, Patria y Hogar (bis)
I
En tus pliegues bandera invencible,
de tus hijos palpita el amor,
cual se mueve al vaivén de la brisa, palpitante
la vida en la flor.
II
En su albura hay perfumes de lirio,
en su verde esperanza y amor;
trilogía que nimba de gloria,
y la gloria del triunfo es canción.
III
Del colegio a la sombra bendita
nuestros surcos debemos sembrar;
oro y gloria de ciencia nos brinda,
dicha y paz la Virtud nos dará.
IV
Compañeros, en marcha sonoro
De la Salle a la fúlgida luz,
Con un canto en los labios: ¡EXCELSIOR!
Y un broquel en el pecho: ¡LA CRUZ!